La transición hacia una economía descarbonizada se ha convertido en una prioridad global, pero el camino está plagado de desafíos que van más allá de la tecnología.  Las barreras sociales, económicas y regulatorias siguen dificultando la adopción de estrategias sostenibles. La estabilidad en los marcos regulatorios y la rentabilidad empresarial son esenciales para el éxito de la descarbonización, porque sin un contexto de reglas claras, las industrias encuentran dificultades a la hora de invertir en tecnologías verdes, especialmente, cuando estas afectan a los márgenes de sus operaciones. En este artículo, exploraremos cómo la tecnología puede ser el puente hacia este cambio, enfrentando las barreras actuales y aprovechando las oportunidades que nos acercan a un futuro sostenible.

 El coste o las infraestructuras, como barreras que frenan la descarbonización

Durante la celebración del I Foro Industrial, organizado por El Periódico de la Energía, Joaquín Coronado, presidente de Build To Zero, contabilizó en tres las barreras para conseguir los objetivos de descarbonización:

-La complejidad: La clave del éxito de la electricidad y el gas radica en su enorme simplicidad. Basta con conectar un cable para contar con un suministro confiable, especialmente en un país como España, donde la calidad del servicio es sobresaliente. Sin embargo, la descarbonización plantea un desafío distinto, ya que exige que los consumidores realicen importantes inversiones para adoptar estas nuevas formas de energía. Si no logramos desarrollar soluciones igual de simples y accesibles, comparables a la facilidad de “enchufar un cable”, será difícil lograr una adopción generalizada, ya que la mayoría de las personas no tiene el tiempo ni los recursos para lidiar con procesos más complejos.

-La infraestructura: La red actual no fue diseñada para satisfacer las necesidades de consumo que plantea la transición energética. Es imprescindible planificar cómo llevar a cabo la descarbonización, identificando las áreas donde se requiere infraestructura, definiendo responsabilidades sobre los costos y asegurando que la red pueda adaptarse a estas nuevas demandas. Sin una estrategia clara, la red seguirá siendo una barrera para avanzar hacia un modelo energético sostenible.

-El coste: Nadie optará por la descarbonización si no resulta económicamente competitiva. En este sentido, o encontramos alternativas más rentables o la descarbonización no será una realidad, según Coronado, quien añadió: “No he cerrado un solo contrato en el que las soluciones de descarbonización fueran más caras que el gas. Incluso el responsable de descarbonización de una de las mayores empresas químicas del mundo me comentó que no llevarán a cabo proyectos en los que la descarbonización no sea más económica que el gas, que ya de por sí no es barato”.

En cuanto al coste, miembros de la mesa redonda coincidieron en que la descarbonización compromete los márgenes de las empresas y propusieron soluciones micro para abordar la transición de una manera más efectiva, ya que consideraron que las soluciones que se suelen emplear para la descarbonización son macro y no se ajustan a todas las realidades. Además, se puso sobre la mesa la necesidad de proporcionar marcos estables temporales para dar estabilidad.

“Abordaría la necesidad de tener un marco regulatorio estable, que dé seguridad a los inversores y que sea uniforme. No es lógico, que unas autonomías tengan unas trabas que en otras no. Que sea distinto el impulso de proyectos y las gestiones de ayudas dependiendo de la autonomía. Este diseño de tramitación de ayudas y restricciones temporales hacen que estas ayudas en muchas ocasiones no se puedan ejecutar”, manifestó Carlos Tarrio, Director de Combustibles Verdes y Desalinización de Ingenostrum.

En esto mismo, coincidió Nuria  Bargueño, H2 Strategy and Market Analysis Director en Moeve, quien señaló, durante su participación en la mesa redonda, que el acceso a la financiación es fundamental para hacer viables los proyectos, y en consecuencia, que se materialice la descarbonización. Por ello, propuso reducir la burocracia para impulsar iniciativas que vayan en esa línea.

¿Hay vida más allá de la electrificación? Sí, un horizonte de moléculas verdes

La electrificación es un paso esencial en la transición energética, pero no la única solución. Todo lo susceptible de electrificación es conveniente hacerlo, pero también es crucial innovar para impulsar otros procesos y adaptarlos a las necesidades actuales. Este cambio requiere un diseño estratégico a nivel nacional que considere cuánto dependeremos de las redes eléctricas y cómo deben evolucionar. La planificación debe incluir tanto la expansión de la electrificación como la preparación para exportar energías limpias, como moléculas verdes, a otros países. Además, es imprescindible garantizar un acceso equitativo a la energía y replantear un sistema que, originalmente, fue diseñado para otras condiciones.

“La electrificación es lo básico y tendrá un papel crucial en la transición energética. Pero, no llega a todos los sectores, porque algunos son enérgicamente muy intensivos,y necesitan altas temperaturas, para lo que creemos que están las moléculas verdes. Primero, los biocombustibles de segunda generación, que se desarrollan a partir de materias primas como aceites usados, y luego el hidrógeno y sus derivados. El transporte pesado va a recurrir a las moléculas verdes, también la parte industrial. Se dice que en 2.050 poco menos del 40% será electrificable, el resto hay que buscar otras soluciones. Lo que cierra el gap pensamos que es el hidrógeno verde”, señaló Bargueño, durante la mesa redonda.

Hidrógeno verde o renovable, amoníaco, metanol verde o combustibles renovables son conceptos que van ganando protagonismo en los foros de debate donde participan expertos. Todos ellos, independientemente de sus matices, responden a lo que se conoce como moléculas verdes, que van ganando popularidad en un panorama de hibridación y descarbonización de la energía.

“Claro que hay caminos para centrarnos en la industria y para otras cosas que no son solo electrificación. Aunque a día de hoy hay tecnología suficiente para electrificar procesos que requieren calor, de baja o media temperatura, seguramente la década que viene se electrificarán todos los procesos. Pero, el hecho de que exista la tecnología para atender a la demanda y evolución, implica costes para los que no está preparado el sistema. Por eso apostamos por combustibles verdes y moléculas”, señaló Tarrio.

Mientras que Joaquín Coronado cuestionó que la regulación de la tecnología excluya alternativas diversificadas y de mix: “Creo que los gobiernos se equivocan cuando quieren regular la tecnología porque no están preparados y cambia a una velocidad tremenda. El PERTE de descarbonización de la industria en España, desde mi punto de vista, no tiene sentido que el Ministerio de Industria catalogue que es lo que hay que hacer y lo que no. ¿Por que se excluye la captura de carbono? Cuando uno va a la Ley de Industria europea y está incluida”.

Puso de ejemplo Alemania, donde se ha elaborado un mecanismo de contrato de carbono por diferencias, que responde a un mecanismo de mercado. “Usted compite, ofrece un precio de carbono evitado y se lo lleva. Es la forma más eficiente de gestionar recursos porque vamos a descarbonizar al mínimo coste”, señaló Coronado, quien añadió que los primeros procesos implicarán descarbonización muy por debajo del precio de carbono, para posteriormente, ir mejorando.