En la red eléctrica siempre se producen pérdidas de energía, por diversos motivos que podemos simplificar en dos: por cuestiones técnicas (líneas eléctricas, transformadores, etc.) y por anomalías o fraudes (es decir, por fallos o manipulaciones de los contadores que provocan que no midan correctamente la energía consumida).

Estas pérdidas de energía lo que provocan es que la energía demanda y medida por los contadores de los consumidores sea diferente (menor) a la energía generada por las instalaciones de producción, que tienen que satisfacer tanto la demanda de energía de los consumidores del sistema eléctrico, como las pérdidas de energía que existen en el mismo.

El efecto y perjuicio económico de estas pérdidas de energía se socializa entre el conjunto de los consumidores de electricidad obligando a los mismos (o a las compañías comercializadoras que les suministran) a adquirir en el mercado de producción de electricidad la energía que tienen previsto demandar elevada a barras de central de producción, es decir, incrementada en la parte proporcional de pérdidas de energía que les corresponda.

Situación anterior

Para elevar el consumo de energía a barras de central, hasta Mayo de 2014 existían unos coeficientes de pérdidas estándares, que dependían de la tarifa de acceso que tuviera cada consumidor y que se encuentran publicados en una Orden Ministerial en el Boletín Oficial del Estado:

BOE: Orden IET/107/2014

Así, por ejemplo, un consumidor con tarifa de acceso 2.0 A que demandase 1 kWh en una hora cualquiera del año, tenía que abonar los costes correspondientes a esa energía consumida (salvo el peaje de acceso) por 1,14 kWh (1 kWh más un 14% de pérdidas por elevación a barras de central).

No obstante, la realidad podría ser distinta. Es decir, el conjunto de la demanda de los consumidores del sistema eléctrico nacional, elevada a barras de central según los coeficientes estándares, podía ser diferente de la energía realmente generada necesaria para abastecer la demanda más las pérdidas; o, lo que es lo mismo, las pérdidas reales eran diferentes de las pérdidas liquidadas, arrojando una cantidad que se conocía como “cierre de energía” y cuyo importe económico asociado, de nuevo, se socializaba repartiéndolo entre el conjunto de los consumidores.

Situación actual

Para solventar este problema y eliminar el cierre de energía, tras un pequeño periodo transitorio y desde el 1 de abril de 2015, los consumidores y sus comercializadores tienen que adquirir en el mercado de producción la energía que van a demandar, pero incrementada en esta ocasión según un coeficiente de liquidación horario real, que lo que hace es asignar a los consumidores las pérdidas reales de energía del sistema eléctrico, al convertir un coeficiente estándar por periodo de tarifa de acceso en horario.

Este coeficiente de liquidación horario real fue, según los datos publicados por el Operador del Sistema (REE), y ponderado según la demanda horaria del conjunto de consumidores con tarifas 2.0 A y 2.1 A, del 17,21% en el año 2017 (superior al 14% estándar existente con anterioridad).

Sin embargo, este coeficiente de liquidación horario real no se conoce hasta que se dispone de todas las medidas de energía del sistema, esto es prácticamente un año después desde que se consumió y generó esa energía, arrojando más incertidumbre a la adquisición de energía que realizan los consumidores y sus comercializadores con antelación.

Como guía, REE publica una estimación de los coeficientes de pérdidas horarios, antes de que empiece cada mes, pero que no termina de ajustarse con la realidad. Por ejemplo, estos coeficientes estimados que publica REE para cada hora son idénticos para los mismos días de la semana de un mes y se encuentran auto-limitados en su parte superior e inferior. Es decir, el coeficiente estimado de una hora del primer lunes de un mes es exactamente igual a la del último lunes del mes, cuando las pérdidas reales y situación del sistema nacional puede ser radicalmente diferente.

Día de Reyes 2017 (24 horas): Realizar la adquisición de energía con los coeficientes estimados publicados por REE, frente a los coeficientes horarios reales provoca (pese a realizar una previsión de consumo totalmente ajustada), para un consumidor con tarifa 2.0 A, adquirir hasta un 9% menos de energía respecto a la finalmente liquidada: la consumida más las pérdidas de energía.

En relación con este asunto, conviene recalcar que otro de los costes liquidables en la adquisición de energía son los desvíos; esto es, la penalización económica que se produce por consumir una energía diferente a la que se adquiere en el mercado de producción de electricidad según las previsiones que se hayan realizado. Por este motivo, un consumidor y su comercializador deben realizar una previsión muy ajustada de su demanda de energía horaria, pero también de los coeficientes de liquidación horarios reales por elevación a barras de central. Aunque podamos predecir exactamente el consumo de nuestra vivienda, local o industria, necesitaremos predecir también el dato nacional de pérdidas de red correspondiente a la tarifa de acceso que corresponda y que se publicará casi un año después; labor prácticamente imposible incluso para la propia REE.

Por todo ello Neuro Energía, aplicando soluciones mediante inteligencia artificial, ha desarrollado un algoritmo que, a través de datos macro a nivel nacional como pueden ser la temperatura, laboralidad, previsiones de demanda, generación y flujo de energía, ha logrado mejorar los valores estimados de coeficientes de pérdidas en un test real, reduciendo la penalización económica por desvíos provocada por las pérdidas nacionales de energía en más de un 50%.

Esta herramienta se encuentra a disposición de consumidores y comercializadores, para mejorar su previsión de consumo y reducir su precio de compra de energía, minimizando la penalización económica por desvíos.

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